Y no es que precisamente hayan sido buenos estos últimos años gracias a los Mercados, ese monstruo ávido de multiplicarse, a la banca, esa pandilla de usureros sin escrúpulos, y a los empresarios, esos grandes hombres que abandonan países en los que los trabajadores no quieren ser esclavos.
Todas las mejoras sociales conseguidas en los últimos 40 años se van a perder de un plumazo en su mayoría, como si nunca hubieran existido, borrados del mapa: El matrimonio homosexual, la ley de la dependencia, la del aborto, la educación para la ciudadanía,...
También la sanidad gratuita, el mayor logro de la época del dictador, se la van a cargar ellos, sus herederos, sus secuaces, poco a poco, reduciendo presupuesto y favoreciendo la sanidad privada; pero también la educación, esa a la que solamente tenían derecho sus hijos y que en tiempos también duros se garantizó por ley a todos los españoles, verá cómo poco a poco se produce un trasvase desde la enseñanza pública a la privada. Religiosa, concretamente.
Y finalmente, la reforma laboral llevada a cabo por Rodríguez Zapatero es insuficiente para ellos. Con un régimen de despido duro se han cargado los empresarios 3 millones de puestos de trabajo, y tras la reforma que lo hizo muchísimo más flexible ha continuado la sangría. ¡¡¡Y aún les parece duro y lo quieren reformar!!! ¿Será para favorecer al trabajador de verdad? Pues esto es lo que hay para los próximos 4 años mínimo, si Dios no lo remedia.
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