miércoles, 2 de noviembre de 2011

El Voto por Correo y las Espectativas



Esta mañana he ido a solicitar mi certificado de empadronamiento al colegio electoral al que pertenezco para poder votar por correo y a la vuelta me he entretenido pensando en lo que debo hacer: que si mi voto se lo he de dar a los partidos de izquierda, a los que pertenezco ideológicamente, que si a los partidos de derecha unificados en el PP, que son los señoritos de siempre pero con pantalones de pana y en mangas de camisa, como hacía Felipe hace años, que si a un partido que luche por mi tierra para ver si la escinde de Andalucía y vemos, por fin, como las pocas infraestructuras que nos inician se acaban, ... Un lío, oiga.

Total, que como tenía tiempo mientras llegaba a casa, ha intentado esquematizar lo más simplemente que he podido las perspectivas de voto y me he quedado igual que estaba.

Si voto a IU habré tirado mi voto, pues con ello lo único que conseguiré es que la derecha gane por más amplio margen aún que lo que las estadísticas sobre la intención de voto le dan al PP a fecha de hoy.

Si voto a UPyD estaré votando a un partido en el que no hay más cera que la que arde: una persona escindida ideológicamente del partido socialista y que no encuentra hueco en su tierra natal, Euskadi, para seguir viviendo de la misma empresa de la que ha ido viviendo durante estos años: los españoles, y ha creado un partido propio para estar en el banquete a la hora de servir la mesa.

Si voto al PSOE estaré votando a un partido que ha estado en el poder los últimos 8 años y que en este tiempo ha legislado, en épocas de vacas gordas, como si de un rico se tratara, y en épocas de vacas flacas, como si fuese un avaro, con las medidas que le marcaban todos los socios europeos del PP y que este no quiere reconocer, pero en solitario, sin ningún apoyo a no ser el voto de los nacionalistas más empeñados en sacar contrapartidas políticas que en sacar al país del agujero en el que se encuentra.

Otra alternativa, la más valorada en las encuestas, es votar al PP, a ese ente político que no tiene otro programa que ofrecer a los españoles que enterrar al gobierno adversario y, llegado al gobierno, afirmar que "esto está peor de lo que nosotros pensábamos", y no hacer nada. Ha estado estos últimos 3 años esperando que CAIGA en sus manos la fruta madura de la victoria electoral y no ha hecho nada por salvar el país. Ni sabe cómo hacerlo si no es creando la II ley de suelo y esperando que los especuladores del ladrillo regresen para inflar de nuevo el globo de la especulación urbanística. Hasta que en España no quede suelo sobre el que especular.

Al final el camino se me ha hecho muy largo; largo y oscuro.

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