lunes, 20 de junio de 2011

El Concorde en Granada




El 6 de mayo de 1.992 tuve el privilegio de ser uno de los 92 ocupantes del avión Concorde que, proveniente de Francia y como parte de un viaje promocional por el centenario de la Caja General de Ahorros de Granada, formó parte del pasaje que le llevó a sobrevolar las islas Azores.

Era una oportunidad única al ser la primera vez que un avión de este tipo, capaz de volar a más de dos veces la velocidad del sonido a 18.000 m de altura, tomaba pista en nuestro país.

La atención de la tripulación fue excelente, permitiéndonos a los pasajeros visitar la pequeñísima cabina de mando, pero sobre todo, la simpatía de las azafatas (¡y qué azafatas!) que se desvivieron por servirnos canapés a discreción (buenísimos los de caviar fresco) y champán auténtico francés muy frío a raudales.

Yo iba sentado con el director de Radio Nacional de España en Granada, y en mi zona casi todos eran periodistas de prensa, radio o televisión deseosos de filmar el panel electrónico que constantemente marcaba la velocidad del aparato. En la cabecera del avión viajaban políticos locales y autonómicos, como el fallecido recientemente Gabriel Díaz Berbel (que Dios te tenga en su gloria, amigo).

Mi experiencia más traumática en este vuelo fue cuando viró hacia la izquierda para dar la vuelta, inclinándose y mostrándome por la ventanilla el cielo negro, el espacio, a pesar de ser las 4 de la tarde. En el exterior de la ventanilla solo había un todo negro, y sentí pavor. No lo exterioricé pero nunca lo he olvidado. Recordé aquella canción de mis años infantiles: "...sube hasta el cielo y lo verás, qué pequeñito el mundo es..." y pensé que el mundo era muy pequeñito en comparación con aquella oscura inmensidad.

El momento del aterrizaje lo pasé bastante influido por el champán como remedio para olvidar el accidente ocurrido unos meses antes en el mismo aeropuerto de Granada cuando un avión se partió por la mitad al ir a aterrizar.

Guardo pocos recuerdos físicos de aquel viaje, pues el carrete de fotos que pensaba echar estaba mal colocado, la puertecita estaba mal cerrada y no arrastraba. Al menos guardo aún la bolsa de baño de viaje que, con el anagrama de Concorde - Air France y una silueta del avión, me regalaron las azafatas.

Por si os interesa, os dejo un vídeo en el que salen muchas imágenes de aquél vuelo.

http://www.ideal.es/videos/granada/noticias/767882000001-cuando-concorde-llego-granada.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario