lunes, 20 de febrero de 2012

La Reforma Laboral y sus consecuencias a corto y a largo plazo



Bueno, pues ya ha salido a la calle a manifestarse todo el que estaba contra la reforma y se puede sentir perjudicado con ella. Es posible que los que no se han sumado a la manifestación no se hayan considerado futuros damnificados con la propuesta del partido popular de abaratar el despido y facilitar que las empresas se desprendan de sus trabajadores más antiguos por un precio simbólico que raya en lo indecente, para sustituirlos por jovencitos con contratos en precario y con condiciones leoninas hasta que cumplan 30 años en que podrán ser sustituidos por otros.

A corto plazo no se prevé más que despidos, rescisiones unilaterales de contratos con las consiguientes pérdidas de atención sanitaria, inseguridad, lanzamientos de la vivienda, hambre, ... Todo esto hará que el Estado deje de percibir recaudaciones tanto a nivel de seguros sociales como a nivel de cuotas impositivas, lo que llevará a una recesión aún mayor y al aumento de la crisis del Estado de Bienestar.

A largo plazo, pero a muy largo plazo, es posible que las nuevas condiciones laborales (salarios más bajos no regulados por convenio, jornadas laborales esclavistas, falta de cotización en la mayoría de los contratos hasta los 30 años, etc.) hagan que vuelvan inversiones de capital extranjero a nuestro país, aunque seguirá siendo difícil habida cuenta que otros países: Vietnam, China, India, Indonesia, Marruecos, etc. ofrecen condiciones aún más abusivas que las ofertadas en nuestro marco laboral.

Habíamos creído que conseguíamos constituir un país con un alto nivel de estado de bienestar y a lo máximo que hemos llegado es a hacer a los ricos más ricos, a los trabajadores más pobres y al estado menos estado. Para esto ha hecho falta que los políticos conservadores se volvieran a unir a empresarios, financieros y a la iglesia para que nos encontrásemos el mismo marco que en julio de 1936, solo que esta vez de una forma más sofisticada: sin violencia (es de agradecer al menos).

A partir de ahora España dará un paso de gigante en la productividad, pero no lo hará porque haya invertido más en I+d+i, ciencia o educación, sino porque ha bajado el sueldo a los trabajadores. Más que mirar a países del norte europeo hemos mirado el modelo chino: explotadores y explotados, propietarios de empresas y esclavos; hemos imitado un modelo esclavista y no un modelo en el que la productividad se incremente por el desarrollo de la preparación del trabajador. Por lo visto esto es lo que querían más de 11 millones y medio de electores de PP y CIU (este partido apoya la reforma laboral), más los que se han abstenido. Ayer eché en falta a muchísimos conocidos en la calle, será que la cosa no iba con ellos. Mi enhorabuena por tener tanta suerte... o dinero.

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