No puede, o no debe, creer el Partido Popular que su éxito en las pasadas elecciones ha estado alejado de la esperanza que millones de españoles tenían en que cumpliera sus promesas y les sacara de la crisis, sobre todo laboral, que les aquejaba. La promesa de los más de 3 millones de puestos de trabajo que Esteban González Pons afirmó que crearía el gobierno de Mariano Rajoy en caso de alcanzar el poder, pesaron mucho en la decisión del voto de millones de desempleados.
Hoy Mariano afirma que durante 2012 las estadísticas de paro empeorarán, y sin más, utiliza la filosofía de la peculiar frase española "Donde dije digo, digo Diego", sin inmutarse y sin importarle que muchas familias aún no saben cómo van a llegar a ese año tan esperanzador de 2013, eso si Mariano no decide dar un toquecito con su varita mágita y lo prorroga hasta el 2014. Quizá empiece a utilizar el sistema de recuento del paro utilizado por el anterior gobierno: el real, el inscrito en las oficinas del INEM, y no el sistema estadístico que venía utilizando el PP cuando era oposición por ser más alto.
El próximo viernes nos quieren presentar la nueva reforma laboral, y creedme que tengo miedo, mucho miedo de lo que puede haber maquinado una mente obcecada puesta al servicio de la población más conservadora de España: la poderosa, la rica, la propietaria, la empresarial; aquella que, en condiciones de rigidez para el despido en el marco laboral actual, no ha dudado en despedir a 4 millones de españoles de su puesto de trabajo. ¡Y eso que el despido era caro y los contratos muchos y estrictos!
Pero claro, estos mismos españoles más conservadores quieren que todo el mundo sea como China: escasos impuestos a las empresas, ninguna cotización al no existir seguridad social, salarios inferiores a los 400 euros, de intensas jornadas laborales típicas de un sistema esclavista, sin días de descanso, sin vacaciones, sin bajas por enfermedad, etc. Hay quien dice que volvemos a la Edad Media, pero yo creo que más bien volvemos al Mundo Esclavista de los romanos.
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