miércoles, 28 de abril de 2010

La Pugna de Bancos y Cajas




No sé a vosotros, posibles leyentes, pero a mí me resulta repugnante cómo el Capitalismo está derivando, a pasos agigantados, hacia el Absolutismo Capitalista. Lo que antes veíamos como unas cuantas manifestaciones de jóvenes anti-sistema y anti-globalización y no nos hacía sentir nada, se está convirtiendo en un monstruo que se le está escapando de las manos incluso a los gobiernos de nuestros países occidentales.

No hay más que ver la lucha por ocupar los mercados entre los distintos sectores. En el de la Alimentación, cinco multinacionales luchan por conseguir la exclusiva en la venta de productos hortofrutícolas, lácteos, etc. Pero es en el sector Financiero en donde hoy quiero hacer incidencia.

Se está produciendo una pugna bestial en el sector financiero entre los intereses del gran capital y los gobiernos nacionales y autonómicos, y, desgraciadamente, están pudiendo más los primeros. Los bancos, participados por el gran capital a través de las acciones, quieren hacerse con el otro trozo del pastel que representan las Cajas de Ahorro. Y para ello atacan a la línea de flotación de las mismas, representada por la credibilidad. Están haciendo ver que no son rentables, que tienen problemas de liquidez, que su dimensión no les va a permitir subsistir en este marco financiero, etc. No es nada más que lanzar frases que provocarán el pánico entre los clientes de las Cajas de Ahorro y ¡adivinad quiénes serán los grandes beneficiarios de ello!. Pero que no crean las Cajas Rurales que ellas escaparán a esta apetencia. Tiempo al tiempo.

Y el gobierno, o los gobiernos, son meros espectadores que no cuentan, que únicamente se conforman con que no les muevan la silla ni les rompan la baraja. ¿Si podían hacer algo al respecto? Por supuesto. Podrían empezar comprando un banco con extensión a toda la geografía española, nada caro, tipo BanCorreos, incorporarle 4.000 ó 5.000 desempleados administrativos o economistas, y empezar a conceder créditos a empresas, autónomos y particulares para salvar lo poco del tejido empresarial que aún queda en pie. También se podía crear uno utilizando locales distribuidos por toda España en venta paralizada, y con el dinero con que se paga el despido de esos trabajadores se les pagaría una nómina. Sería mucho menos costoso que estar constantemente insuflando dinero a unas empresas que han creado la crisis (de la que ahora culpan a los trabajadores y a su baja productividad) y que siempre nos van a estar amenazando con quiebras o caídas de sistema, únicamente para que el estado les de más dinero de todos. ¡A la mierda! Que dejen de especular con el dinero de otros en inversiones temerarias y que no se jubilen con tantos millones de euros, como recientemente ha hecho un alto directivo del BBVA.

Seguiremos lamentándonos en breve.

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